
Tras el plenario informativo y la mística, la mañana del segundo día del Foro se dedicó al debate sobre políticas. Este se dividió en diferentes niveles, yendo desde el local al internacional, y siguió la misma metodología del martes por la tarde. A cada uno de los subgrupos formados se les hicieron tres preguntas diferentes relativas a la legislación y políticas del nivel correspondiente y se les animó a pensar en como influir en la toma de decisiones en ese ámbito. Aunque las preguntas concretan fueron diferentes en cada grupo, todas ellas se reducen al mismo planteamiento: frente a qué queremos RESISTIR, qué necesitamos TRANSFORMAR y qué queremos CONSTRUIR.
Empezando por el grupo de trabajo sobre políticas publicas para la soberanía alimentaria a nivel local, hubo un intenso debate sobre el significado mismo de “lo local”, concluyendo que este concepto no tiene nada que ver con fronteras administrativas, ni políticas, sino que es un concepto más amplio, es un espacio político y un espacio físico, social y virtual, un espacio del que apropiarnos. A través de las experiencias que hemos compartido, podemos concluir que las políticas publicas locales que queremos para construir soberanía alimentaria deben basarse en el respeto a la sabiduría y en las necesidades de las personas. Han de ser construidas desde abajo y para ello han de existir en la sociedad civil diferentes actores y agentes fuertes con capacidad de influir en las instituciones.
Desde el inicio del debate a nivel nacional acordamos intentar centrarnos en las líneas comunes de las políticas nacionales que impiden o promueven la soberanía alimentaria en nuestros territorios. Tarea difícil, dado que, habiendo tantos países representados, parece más fácil entrar a debatir sobre políticas concretas en los países, que no son compartidas. Entre las conclusiones, se ve central el problema de acceso a la tierra por parte del pequeño campesinado y el riesgo de privatización de las tierras públicas. Nos planteamos cómo podemos dar la vuelta a las políticas alimentarias colocando en el centro el derecho a la alimentación; cómo podemos certificar la agricultura campesina y promover las redes de distribución de proximidad o la centralidad de la sensibilización en el consumo alternativo.
En el grupo de trabajo sobre políticas a nivel de la Unión Europea se trato de sentar las bases para próximas actividades y eventos en dirección a un nuevo paradigma y a partir de una constatación: los sistemas alimentarios dominantes están fallando mientras que los sistemas alternativos, que han emergido con fuerza, no encuentran apoyos suficientes para consolidarse. No resulto posible identificar tres únicas esferas de acción de cara al futuro dado el número y complejidad de los aspectos que han surgido en el debate, pero hay cuestiones que en relación a las políticas y espacios han sido más recurrentes: la necesidad de transformar la política alimentaria, la resistencia a la PAC (se recordo la oportunidad que ofrece el aniversario del Tratado de Roma), la existencia de múltiples espacios para la acción (instituciones estatales y europeas, ámbitos de decisión locales, etc.), la lucha por los derechos civiles y sociales para todas las personas y otros. En cuanto a los principios que deben impregnar las políticas, se hicimos hincapié en la proactividad, la solidaridad y la sensibilización unida a una activa movilización social sin la cual no se concibe alcanzar logros.
Finalmente, a nivel internacional la discusión se centró en las diferentes instituciones de este ámbito, en algunas políticas y tratados supranacionales concretos con potencial para el movimiento Nyéléni y en como influir desde lo local sobre estas instituciones. Igualmente, se mencionó como reto el trasladar las victorias en lo global a lo local, que no siempre es tan fácil. También nos quedó claro que los principales problemas se identificaban con las instituciones y políticas supranacionales relacionadas con el comercio, ya que se entiende que los intereses de las grandes empresas transnacionales tienen una prioridad en estos. En particular, se incidió sobre la necesidad de que las empresas rindan cuentas y respeten los derechos humanos.